Las reglas: no besar en la boca, no pasar la noche, no
decirle a nadie y por encima de todo… no enamorarse.
Anna Jones sólo quiere terminar la universidad y encontrar
su vida.
Enamorarse del mariscal de campo estrella ciertamente no
está en su lista de tareas.
Seguro de sí mismo y encantador, él vive en el centro de
atención y es demasiado hermoso para su propio bien.
Si tan sólo ella pudiera ignorar sus miradas acaloradas y
dejara de pensar en hacer cosas calientes y sucias con él.
¿Simple, no?
Una lástima que él este comprometido a romper cada una de
sus reglas…
El fútbol ha sido bueno para Drew.
Le ha dado reconocimiento, dos campeonatos nacionales y el
premio al mejor jugador de fútbol americano de las universidades.
Pero lo que
realmente anhela es la sexy pero complicada Anna Jones.
Su humor cortante y
descarado desprecio a su fama lo enciende como ninguna otra cosa.
Pero hay un
problema: lo ha bloqueado.
Completamente.
Eso es hasta que un encuentro casual
conduce al mejor sexo ardiente de su vida, junto con la posibilidad de algo más
grande.
Desafortunadamente, Anna quiere que siga siendo sólo un
ligue.
Ahora le toca a Drew tentarla con más: más sexo, más
satisfacción, más tiempo con él.
Hasta que este verdaderamente enganchada.
Es algo bueno que
él sepa todo sobre ganar.
Todo vale en el amor y el fútbol…
Que comience el juego.
La última cosa que la estrella Gray Grayson quiere hacer es
conducir el coche rosado de la hija de su agente. Pero necesita las ruedas y
ella está estudiando en el extranjero.
Algo que ella le explica cuando le manda
un furioso mensaje para hacerle saber exactamente el dolor que le hará pagar si
él estrella su preciada nave.
Antes de que se dé cuenta, Ivy Mackenzie se
convierte en su amiga a través de mensajes de texto. Pero entonces Ivy regresa
a casa y todo enloquece.
Ya que la única cosa que Gray puede pensar es estar
con Ivy.
Ivy no tiene sexo con amigos.
Especialmente no con cierto
jugador de fútbol americano. No importa que tan caliente la ponga…
Gray vuelve loca a Ivy.
Es irrespetuoso, jodidamente
atractivo y completamente fuera de los límites.
Porque, Ivy tiene una regla de
oro: no involucrarse con los clientes de su padre.
Una regla que está
resultando más difícil de mantener ahora que Gray está haciendo todo lo posible
por seducirla.
Su mejor amigo rápidamente se está convirtiendo en el hombre más
irresistible del mundo que ha conocido.
Lo que significa que Gray tendrá que
usar todas sus habilidades para salir de la zona de amigos y entrar al corazón
de Ivy.
Que empiece el juego.
Un reto relacionado con una barba y un beso caliente como el
infierno lo cambia todo.
El defensa de la NFL, Ethan Dexter siempre ha estado
centrado en jugar futbol y un poco más. Excepto cuando se trata de una mujer en
particular.
La preciosa Fiona Mackenzie podría no preocuparse por su fama, pero
también nunca lo ha mirado como algo más allá que el mejor amigo de su cuñado.
Eso termina ahora.
Fi no sabe qué hacer con Dex.
El barbudo, tatuado, montaña
de hombre musculoso que parece más un motorista que un jugador de futbol.
Los
rumores dicen que es virgen, pero lo encuentra difícil de creer.
Porque desde
el momento en que él decide encender su intensidad sobre ella, la deja con las
rodillas débiles y dolorida de ver que su famoso control está totalmente
desatado.
Dex está buscando una chica para siempre, pero ellos viven
vidas muy diferentes en ciudades separadas.
Fi debería proteger su corazón y
alejarse.
Pero Dex ha aumentado su juego y usa todo su encanto para convencer a
Fi que él es su hombre para siempre.
Que empiece el juego.
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