Toda la noche fue idea mía. Yo fui la que sugirió una especie de noche de despertar con un tigre. En cambio, me desperté con un anillo en el dedo y con Vince Rossi en mi cama.
Vince, que no era como yo creía que era y todo lo que no sabía que necesitaba.
De repente me estaba enamorando de mi marido accidental y la idea de poner fin a esta unión era lo último que quería.
Quería el para siempre. ¿Y qué si apenas nos conocíamos? Estadísticamente hablando, nuestras probabilidades eran tan buenas como las de cualquiera.
Hasta que los papeles de la anulación aterrizaron en mi puerta...
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